Como cada sábado, publicaríamos las cartas – email que los becarios nos envían al correo [email protected] explicándonos su situación familiar – económica y cómo les afecta la beca del ministerio. Podéis seguir mandándonos y os diremos qué día se publicará la vuestra. Ahora mismo disponemos de 3 fechas libres en Enero, que otorgaremos a los 3 primeros que nos envían sus historias o algo que nos quieran decir sobre las becas, y quieran compartir con todo.  La semana pasada, leímos la emotiva historia de Rosario. 
Vamos hoy con la segunda que recibimos, de Claudia:
Hola, mi nombre es Claudia y os escribo para contaros mi historia como becaria del ME desde hace ya muuuuuuchos años. 


Empecé a estudiar Licenciatura en Veterinaria 6 años atrás, era mi sueño desde que tengo uso de razón y pese a que las cosas en mi casa no están nada bien y mantenerme en una Comunidad Autónoma distinta a la mía estudiando no iba a ser fácil por todos los gastos que eso conlleva, me metí a la carrera y solicité una beca al  ME. 

En mi casa vivimos mi madre y yo, mi madre de aquella trabajaba, pero ganando un mísero sueldo de menos de 300 euros al mes y mi padre, que no vive con nosotras, tampoco disponía de un trabajo. Lo que nos ayudaba a subsistir era un salario social que daba poco más que para pagar la renta de mi piso familiar. 


Pues bien, con ese panorama me mudé desde Asturias a León y comencé mi carrera. Lo bueno (que en realidad fue más bien malo) es que unos meses antes se había muerto un familiar de mi madre, y fue el dinero de su herencia lo que me sirvió como ayuda hasta que por fin en diciembre de 2007 me ingresaron mi beca. 


La verdad es que no me puedo quejar, ya que me ingresaron casi 6000 euros sin tardar excesivamente y sin presentarme más problema. No obstante, tengo que decir que para personas que estén en una situación tan desastrosa como la mía, una beca incluso de 6000 euros no le llega. Yo es con lo intento sobrevivir todo el año, no dispongo de otros ingresos…. y con ella tengo que pagar un piso, sus facturas correspondientes, comer, viajar a mi casa, comprar cosas para clase, comprar mis cosas y una largo etc. que no se acaba durante el curso, si no que dura todo el año.


 Mi desastre empezó el segundo año y todo tengo que decirlo, por culpa mía. De las 12 asignaturas del primer curso, suspendí 3, pero con los suficientes créditos como para no poder optar a beca en el próximo año. La beca anterior  y la herencia se habían acabado, lo que me llevó a la desesperación de pedir un crédito que daban en mi banco para menores de 25 en el que no te exigían ningún tipo de aval, tan solo firmar un papel (NO LO HAGÁIS NUNCA). Era como el pez que se muerde la cola, con el crédito pagaba los plazos del propio crédito y así fui pasando el segundo curso eso sí, me juré a mi misma que no volvería a perder la beca y así fue. En mi tercer año, me denegaron la beca. No me lo podía creer. ¿Qué podía haber pasado? 


Fui a la Unidad de Becas de mi Universidad y una amable mujer me explico que no encontraban mis datos fiscales ni los de mi madre y que tenía que justificar mi situación económica. Menos mal que aún me quedaba dinero de mi odioso crédito para ir tirando un poco mientras se tramitaba el recurso. Llevé los papeles de hacienda en los que pone que ni yo ni mi madre tenemos ingresos. Intentaron ponerme problemas con mi padre porque no están separados legalmente, pero como el tampoco ingresa nada la situación tampoco cambia mucho. 


Cuando por fin me llegó la resolución de mi beca, vi que no me habían dado los componentes de desplazamiento ni residencia. ¡¡Otra vez no!! ¿Pero qué diablos pasaba ahora? Crédito finiquitado, y en el banco ya comenzaban a aparecer los números rojos… De nuevo a la unidad de becas, y la misma amable mujer me dijo que mi madre figuraba como propietaria de un piso en León y que por eso no me daban esos componentes. Todo muy gracioso. 


Ese piso del que mi madre estaba como «propietaria» ( y digo propietaria entre comillas porque estaba a su nombre y al de 18 personas más) era de donde procedía la herencia de la que os he hablado y que ya se había vendido dos años atrás. Intentando tomármelo lo mejor posible le dije a la mujer que yo podía llamar al timbre e intentar decirles a los que ahora vivían allí (que no sé ni quienes eran, se vendió por una agencia) y decirles si me acogían, pero que  no creía que funcionaran. Me hicieron llevar una copia del contrato de compra-venta y a poner otra vez mi beca en trámite. 


El cuento de nunca acabar. Menos mal que ya me habían ingresado una parte con la que ir tirando hasta que por fin llegó la cuantía entera. Y así pasó mi tercer año. Pero la cosa no se acaba aquí. Llegó 4º. En tercero aprobé más del 80% requerido y solicité mi beca. Y tachán tachán…. llega la resolución y denegada. Me quería morir. 


Vuelvo a la Unidad de Becas… y me pongo a hablar con la funcionaria que está disponible. Yo siempre intento ser una persona muy educada y correcta, y con esa actitud le conté mi historia… y lo que pasó a continuación me da rabia hasta cuando lo recuerdo. Comencé a contarle mi historia…y la tía empezó a soltarme perlas por la boca. Que si no me daban la beca, era porque yo vivía de los que trabajaban como ella y pagaban sus impuestos. Que si mi madre no tenía dinero que se fuera por ahí a fregar suelos (que mi madre la mujer, bastante hacía de aquella, se levantaba todos los días a las 4 y media de la mañana para ir a hacer tortillas en un bar y limpiarlo, todo ello casi sin llegar ni a un cuarto del salario mínimo y además teniendo una carrera terminada y otra empezada), que si no tenía dinero que de donde sacaba la ropa que llevaba puesta, que ya bastante dinero me daba el Estado dándome un salario social y que sí aún pretendía que me diera más… 


Y yo, intentando guardar mis formas le acabé diciendo ¿Pero usted de que va? Aunque no creo que  esa cosa se mereciera ni que la tratase de usted. Le pedí por favor que me diera los impresos para alegar y me explicara como hacerlo, pero NO QUISO. Me fui de allí llorando, asustada, me sentía apaleada como un perro… ya no sabía si lloraba de tristeza o de rabia. Con el disgusto llamé a mi madre, que al verme así y ver el panorama, al día siguiente se gastó lo que tenía en la cartera en plantarse en León e ir conmigo a la Unidad de Becas. 


Me costó convencerla de que no matara a la desgraciada que me había tratado así el día anterior, de hecho no la dejé ni que fuera a ponerle una queja. A fin de cuentas yo solo quería mi beca, y eso no lo iba a solucionar. Si ella había tratado de fastidiarme la vida a mí yo le iba a demostrar que era mejor persona y no iba a hacer lo mismo. 


Llegué y hablamos con otra mujer, que se acordaba de que había estado allí el día anterior y que me pidió por favor que no se lo tuviera en cuenta a su compañera. Ella me dijo que los temas fiscales no los llevaba ella, y por fin hablé con la que para mí es ya mi ángel de la guarda, la misma mujer que me había ayudado ya con el tema del piso el año anterior. Me dijo como alegar, lo que tenía que explicar… escribí una alegación de unos dos folios explicando toda mi situación y lo que necesitaba esa beca para estudiar. 


Una mujer encantadora y gracias a la que ese año conseguí de nuevo mi beca, ya que si llega a ser por la otra desgraciada no sé ni si seguiría estudiando. Pero las cosas estaban cada vez más difíciles, ahora a todos los gastos se sumaba cada mes la cuota del crédito. Y la beca prácticamente sin llegar a fin de curso, se esfumó. Me pasé todo el verano trabajando y todo lo gané fue destinado a pagar el maldito crédito. 


Comencé mi quinto curso, pedí mi beca y en observaciones puse que por favor no me la denegaran por los mismos motivos de siempre, ya que eso retrasaba mucho que me la concedieran y que la necesitaba para estudiar y el curso empezaba en septiembre. Ese año el 14 de diciembre la beca ya estaba concedida e ingresada antes de Navidad, pero como el maldito crédito parece que nunca se termina de pagar, otro año más que no llego a final de curso. Para más inri, mi madre perdió su trabajo a finales de ese año por que se hicieron recortes en el bar donde trabajaba. 


Durante este verano no pude trabajar porque tenía que hacer un mínimo de 200 horas de prácticas no remuneradas para una asignatura, por lo que me pasé todos los días metida en una clínica. Hemos ido subsistiendo a base de trabajos esporádicos que mi madre ha ido encontrando y porque tengo un novio que me apoya muchísimo. Y ya comienza mis 6º año, ya que por culpa de las 3 asignaturas que suspendí el primer año, nunca me pude matricular  de cursos completos (veterinaria son un montón de asignaturas y muchos créditos, si me pasaba matriculándome corría el riesgo de no aprobar todo lo necesario y perder la beca) y he solicitado de nuevo beca. 


Yo creía que al haberme dado beca solo durante 4 años, aunque fuera mi 6º año me darían la misma beca, pero no, según me informaron en la Unidad de Becas al ser mi 6º año y los créditos que me quedan para finalizar mis estudios no llegan al mínimo, sólo me corresponderá la mitad. Y estamos a 20 de Diciembre… y aún no sé nada de ella. Sólo que su última modificación fue el día 5 de este mes y que esté en trámite en el ME. 


Mi crédito se sigue acumulando en forma de números rojos que ya sobrepasan los menos mil euros en mi cuenta del banco, no he podido pagar ni un solo mes de piso desde Septiembre, en mi piso familiar también se acumulan los meses a deber…. sólo veo deudas y más deudas alrededor de mí, y que cuando me ingresen la beca (que espero que me la den) y pague todo lo que debo, desaparecerá y volveré a estar canina. 


No encuentro un trabajo que pueda compatibilizar con las clases. Y además…veo como se acerca peligrosamente la Navidad. Otros años cuando ya me habían ingresado la beca, podíamos usarla y así poder comprar algo para cenar en Nochebuena, poder disfrutar algo de las fiestas… y este año cada día que pasa y no me llega ni resolución, ni correo ni ingreso, lo veo todo más negro. Esta es mi historia, pero espero que algún día cambien las cosas y deje de serlo pronto

6 thoughts on “La carta de Claudia – «Mi crédito se sigue acumulando en forma de números rojos que ya sobrepasan los menos mil euros»

  1. Mucha suerte, y dios aprieta pero no ahoga. En mi casa tambien subsistimos gracias a las becas y el subsisdio por desempleo de mi padre de 426€. ANIMO, enserio no te rindas, ya queda poco para que seas una veterinaria y poder darle al mundo lo que el no te ha dado. UN SALUDO 🙂

  2. Una historia que por desgracia sufrimos muchos de los que estamos por aquí.

    Un apunte, según el BOE:

    "3. El número mínimo de créditos fijado en los párrafos anteriores en que el alumno
    debe quedar matriculado en el curso para el que solicita la beca no será exigible, por una
    sola vez, en el caso de los alumnos a los que, para finalizar sus estudios, les reste un
    número de créditos inferior a dicho número mínimo, siempre que no haya disfrutado de la
    condición de becario durante más años de los previstos en el artículo 19"

    Yo también estoy en esa situación, en teoria deberíamos tener la misma beca según pone ahí.

  3. Estremecedora historia…por desgracia somos muchos los que estamos así y yo en mi caso he podido salir un poco de esa situación,mucho ánimo Claudia,se fuerte y persigue tu sueño!

  4. HOLA, yo quería hacer una consulta. El tema de los requisitos académicos, que va por créditos o por asignaturas. Soy de la UGR, del plan antiguo. Gracias por adelantado

  5. Y yo pensaba que era dura mi situación que el año pasado me quedé sin beca, y mi madre tuvo que pedir un crédito porque no se esperaba que me quedara sin ella y en febrero tuve que pagar toda la matrícula… Pues vaya palo tu historia. Sólo me queda darte ánimos, sigue adelante que algún día tendrás lo que te mereces. Al menos tu estas con la beca en trámite, la mía sigue en presentada y me quedo sin comprar reyes. ¡Un abrazo!

  6. Si me equivoco que me corrigan, pero te corresponde el 100% de la beca. Sólo en el sexto año de becaria te la reducirían al 50% y como cuentas en la carta sería tu 5º.

    Adelante!!!!

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